sábado, 27 de septiembre de 2008

Cuando escribo

Cuando hay que escribir yo no necesito estar en un escritorio puedo estar en el sofá, en la mesa o en el auto, lo único que necesito es que alrededor mío no haya alboroto o un persona que me hable todo el tiempo. Lo único que necesito para escribir bien es silencio y tranquilidad. Para que me salga un lindo cuento o libro necesito tranquilidad alrededor mío; porque si tenés alboroto no te inspirás en escribir lo que te gusta y al final escribís cualquier cosa y después la mirás y decís esto no es lo que a mi me gusta entonces es como escribir para que después lo tires entonces para eso yo prefiero no escribirlo antes de tirarlo porque es muy lindo escribir pero con tranquilidad. Ustedes piensan que los escritores escriben con personas a su alrededor que les hablen. Si piensan eso están muy equivocados porque escribir es lindo pero con tranquilidad. Seguramente si le preguntan a un escritor cómo hace para inspirarse le va a decir con tranquilidad; porque para escribir no se necesita estar en el escritorio porque capas que en algún viaje te podes inspirar viendo el paisaje. El mejor consejo que hay para escribir es la tranquilidad sólo eso se necesita, por eso para escribir les recomiendo que nunca se olviden de esto: está tranquilo cuando escribas.

Esto lo escribió Micaela reflexionando sobre cómo le gusta sentirse mientras escribe, sobre lo que ella necesita para poder hacerlo cómoda y sentirse satisfecha con lo que escribió.
En el taller a veces hay mucho ruido, todos hablan a la vez, o gritan, o interrumpen al compañero/a mientras habla o escribe. Mucho ruido.
Micaela pide que esto cambie. Puede escribir en el auto, en el colectivo, en el piso, pero necesita tranquilidad.
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¿Ustedes qué necesitan para sentirse contentos mientras escriben?
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¿Pueden escribir con mucho ruido o alboroto alrededor? ¿Necesitan sentirse tranquilos? ¿Qué necesitan para sentirse tranquilos?

Historia de un libro

Un día soleado en un pueblo muy lejano vivía una niña con su madre y sus hermanos. Ella tenía un libro que todos los días lo leía un poco, hasta que un día fue a buscar su libro para leerlo y ya no estaba. Le preguntó a su madre y a sus hermanos y le dijeron que no sabían donde estaba. Ella lo buscó y lo buscó y no lo encontró entonces decidió ir a un río cercano que había en ese pueblo. Cuando se sentó en el pasto vio a su libro en el río pero la corriente era tan fuerte que no pudo alcanzar a agarrarlo entonces volvió a su casa con mucha tristeza sin saber el destino de su libro. El libro siguió y siguió por el agua hasta que un niño lo sacó del agua y vio que estaba muy mojado entonces este niño se puso a leer el libro y se dio cuenta de que era muy lindo y que lo conservaría para leerlo. Lo leyó y lo leyó hasta que un día llego al final del libro. Cuando lo terminó de leer decidió regalarlo a la Iglesia para que otro niño pudiera leerlo entonces este libro llegó a las manos de una niña que con entusiasmo decidió leerlo. Lo leyó y lo leyó hasta que terminó y decidió regalárselo a uno de los niños que vivían con ella y el niño lo leyó y lo leyó hasta que un día lo terminó y decidió conservarlo para siempre. Cuando adoptaron a este niño se llevó al libro con él y el único recuerdo que tenía de sus amigos huérfanos era ese libro que el se dio cuenta que decía el nombre de todos los niños que habían leído ese libro. El dijo que lo conservaría para siempre y así fue, lo conservo siempre y esta es la historia de un libro.
Micaela Rabino Veyra